En estos días hemos estado preparando dulces para Halloween, una fiesta que se celebra en Estados Unidos y que en México la hemos ido adoptando poco a poco.
Le que te quiero compartir hoy es la otra fiesta que si es mexicana, incluso es de origen prehispánico, se trata del "Día de Muertos".
Es una festividad súper interesante porque se da gracias a la fusión de la cultura española con la indígena pues para los españoles el 1º de noviembre se celebran a las fieles difuntos y el 2 de noviembre es el día de todos los santos, al combinarse con la tradición prehispánica da como resultado el día de muertos que celebramos cada año la noche del 1 al 2 de noviembre.
Muchos extranjeros creen que celebramos este día para burlarnos de la muerte, en cierto modo así es, pero la principal razón es porque honramos a nuestros difuntos. Se tiene la creencia que regresan cada año para convivir con nosotros, pero dicho regreso deben de tener una guía, una referencia, un camino a seguir y en esta celebración dicho camino es el altar de muertos.
Hoy te quiero compartir un altar que armamos muy sencillo pero muy bonito, igual de importante que cualquier otro altar de muerto pues le da la bienvenida a nuestros seres queridos.
Mi altar está compuesto por el arco, que en esta ocasión lo hice con flores y hojas color verde. Dicho arco es el portal por donde nuestro difunto, al que queremos recordar, va a atravesar para convivir con nosotros.
También están las velas las cuales sirven para iluminar el camino, así ayudando al nuestro ser querido a venir al mundo de los vivos y volver al de los muertos porque no pierde el sendero por donde debe marchar.
Las Flores de Cempazúchitl son de las cosas más importantes dentro de una altar de muertos pues son las flores tradicionales de esta festividad. Estas flores tiene un aroma y un color muy particular y, al igual que la velas, sirven para marcar el camino que nuestro difunto debe seguir para venir con nosotros.
Otra cosa súper linda que ponemos en el altar son las galletas del alma que representan las almas de los difuntos.
Si te das cuenta en mi video, en la parte superior está la fotografía del difunto al que queremos honrar. Muchas personas lo ponen al centro del altar o en la parte inferior, ya es de gusto de cada familia o persona, al final el simbolismo es el mismo.
Una características de los altares es que siempre se pone la comida y la bebida que más le gustaba al difunto, en mi caso era mole, tortillas, arroz a la mexicana, unas cervezas, tequila (este normalmente se deja la botella y un caballito ya servido para que en cuanto el difunto llegue se lo tome como aperitivo) y de postre una calabaza en tacha. Esto es lo que va a comer el difunto durante su paso por nuestro mundo.
Seguramente has visto el pan de muerto, y los has probado. ¿Verdad que es riquísimo? Bueno, es simbolismo detrás del pan en el altar es la generosidad de los anfitriones.
Y en la parte de abajo del altar se pone la fruta. No existe una cantidad especial de fruta ni tipo, generalmente es la que más le gustaba al difunto y alguna otra que a nosotros nos guste.
La ceniza es súper importante porque es la que nos recuerda que de la tierra venido y hacia la tierra vamos. La sal es para que el muerto pueda sazonar los alimentos. Finalmente el agua la cual sirve para que se refresquen las almas. Recuerda que no es para que el difunto beba, para eso le dejamos su bebida favorita.
Algo muy común en todos los altares es el camino de flores iluminado por velas. Como te comenté anteriormente, este camino es el que nuestro difunto va a seguir para pode convivir con nosotros y está hecho con veladoras y pétalos de flores de Cempazúchitl. Por lo general este camino lo ponemos en el piso.
Por último el papel picado. Este no tiene un simbolismo como tal, simplemente sirve para adornar nuestro altar pues hay de muchas formas y colores.
Y así es como yo hice mi altar de muertos. Los altares no deben ser demasiado grandes ni imponentes, recuerda que sirven para honrar a nuestros seres querido que ya no están con nosotros. Si el espacio que tienes es muy chico no importa, lo importante es que nuestro difunto se sienta bienvenido y sepa que no lo hemos olvidado.